Hilma Af Klint, Series VIII.
Pinturas de el punto de comienzo, 1920
El Arte y la Cábala pueden ser disciplinas complementarias porque ambas exploran el significado profundo de la existencia y buscan un camino de conexión espiritual. La Cábala es una tradición mística judía que se enfoca en la comprensión del universo, el propósito del ser humano y su relación con lo divino. El Arte, por su parte, es una forma de expresión que permite canalizar emociones, ideas y experiencias de una manera visual, sonora o material.
Ambas disciplinas se unen en su búsqueda de lo invisible, lo trascendental. La Cábala utiliza símbolos, geometrías sagradas y conceptos abstractos para representar verdades espirituales, mientras que el arte utiliza formas, colores y texturas para expresar lo que a veces es difícil de poner en palabras. Por ejemplo, un pintor puede plasmar en su obra conceptos cabalísticos como la «luz divina», las «sefirot» (canales de energía espiritual) o la idea del «Tzimtzum» (la contracción del infinito para dar lugar al universo), a través de una representación visual que invita a la contemplación.
Ambos caminos, el del arte y la Cábala, buscan trascender la materia para conectar con dimensiones más profundas de la realidad, utilizando el símbolo y la abstracción como lenguajes comunes. Esto permite que el artista y el cabalista se unan en un acto de creación y comprensión, expandiendo los límites de lo tangible hacia lo místico y espiritual.